Algunas empresas de Silicon Valley han querido adelantarse a cualquier posible imprevisto ocasionado por el coronavirus y comenzar a probar con sus empleados el teletrabajo. Sin embargo, no todas las compañías lo tienen fácil para ajustarse a este modelo de trabajo.
Ese ha sido el caso de Apple.
En un intento de comprobar si la empresa podría adaptarse al cierre de las oficinas como medida para frenar el coronavirus, como se ha hecho ya en otros países del mundo, Apple ha mandado a sus trabajadores seguir con sus labores de forma remota desde sus casas.
Los desarrolladores de software se han quejado de la medida ante las dificultades que se han encontrado. A la lenta velocidad de descarga se le suma el gran secretismo que envuelve a los productos del la compañía.
Acceder a sistemas internos de gran importancia, debido a las estrictas políticas de seguridad, es algo imposible para algunos trabajadores de la empresa.
Esos sistemas ya no solo ahuyentan a los extraños sino a los propios empleados que no pueden realizar sus labores a distancia.
Apple ha recomendado a su personal el teletrabajo pero, ante estas dificultades a la hora de trabajar, algunos ingenieros han decidido seguir acudiendo a las oficinas centrales.
Según los propios empleados, la compañía ha reducido las restricciones de seguridad pero sigue manteniéndolas cuando se trata de proteger el secretismo de alguno de los productos que aún no han sido lanzados.
Otras empresas como Amazon, Google y Facebook también han comenzado a recomendar a sus trabajadores el adoptar un modelo de teletrabajo que les prepare en caso de tener que hacer cuarentena.
En algunos casos la práctica no está resultando ser la esperada y aún les queda camino para poder adoptar con éxito esta forma de trabajar.