Más de 1700 empleados de la cadena de tiendas de bricolaje Brico Depôt perderán sus puestos de trabajo debido al anuncio de cierre de la empresa propiedad del grupo británico Kingfisher.
La marca tenía una amplia presencia en España con 27 establecimientos, que se suman a los 4 que tenía en el país vecino, Portugal. Las razones para este cierre se basan fundamentalmente en dos puntos; el primero es una bajada de la facturación respecto al año pasado, ya que este año la empresa facturó hasta septiembre 304 millones de euros, que representa un 0,9% menos que en el mismo periodo del año anterior. el segundo punto es la decisión del grupo empresarial de centrarse exclusivamente en los mercados en los que compiten por ser líderes, aspecto que no ocurría en la Península Ibérica.
Curiosamente, uno de los mayores lastres que sufre la empresa en sus cuentas no proviene directamente por causas subyacentes al negocio en España ni Portugal, sino por su marca francesa Castorama, que cae un 6,5% respecto al año pasado. Puede parecer injusta la decisión, ya que quienes sufrirán los perjuicios serán los trabajadores españoles, portugueses y rusos, tercer pasí en el que Brico Depôt cerrará este año.