El 80% de la población mundial padece al menos un episodio de molestia a lo largo de su vida y el 17%, un dolor tan fuerte que le impide llevar una vida normal.
Para aliviar el sufrimiento, la solución principal a la que recurren los pacientes son los fármacos, un efecto transitorio pero efectivo.
Sin embargo, un estudio internacional publicado recientemente en la revista British Journal of Sports Medicine demuestra que el ejercicio físico reduce un 20% el dolor sin que se pierda el efecto con el tiempo.
“Lo que más me sorprendió fue su magnitud. Es una cifra clínicamente significativa y ahora podemos personificar el tratamiento para cada paciente”, asegura el doctor Francisco Kovacs, único investigador español de este metaanálisis y presidente de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda.
Científicos y ensayos
Un total de 35 científicos han recopilado 27 ensayos clínicos de todo el mundo que contaban con datos de 3.514 personas para analizar de manera individual cada caso y compararlos.
El efecto del deporte sobre el dolor lumbar depende de tres factores. En primer lugar, una persona con menor masa corporal tiene un beneficio mayor sobre su dolor al ejercer su actividad física.
Después, para un trabajador de labores pesadas, su progreso no puede ser continuo ya que su movimiento diario contrarresta con su tratamiento. Por otro lado, el paciente que toma un fármaco es capaz de hacer más esfuerzo y durante más tiempo por lo que el efecto de su ejercicio físico incrementa.
Algunos fármacos tienen el mismo efecto que el ejercicio, e incluso mayor, pero es transitorio mientras que el ejercicio es acumulativo. Asimismo, los efectos secundarios del deporte son positivos, si no se abusa de ello, pero los de los medicamentos pueden ser nefastos en función de la persona y la cantidad ingerida, según argumenta Kovacs.