El coronavirus amenaza el crecimiento futuro de la zona euro.
Pese a que en febrero los indicativos económicos apuntan a que se ha resistido el primer impacto, la ralentización de la demanda, la caída de las exportaciones y la pérdida de negocio por la falta de suministros pueden revertir la situación y llevar a la zona de la moneda única a nuevas dificultades.
Así, en febrero la actividad económica se aceleró ligeramente pese al brote de coronavirus en China, según muestra el índice compuesto PMI, que alcanzó los 51,6 puntos desde los 51,3 del mes anterior, según los datos publicados este miércoles por IHS Markit.
Esta leve mejoría refleja el crecimiento del sector servicios, cuyo índice sectorial subió a 52,6 puntos desde los 52,5 de enero. Pero la manufactura sigue un camino con curvas: el dato en la industria sufrió una caída a 49,2 puntos, frente a los 49,1 del mes anterior, y los analistas esperan que los servicios sean los que más sufran si el virus sigue expandiéndose.
El índice PMI se elabora a partir de encuestas a las empresas en las que se les consulta por métricas como nuevos pedidos, ocupación, stocks o entregas. “La economía de la zona euro mostró resistencia a las perturbaciones derivadas del brote de coronavirus en febrero, pero profundizando en los datos se observan indicios de que habrá problemas en adelante”, declaró Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit.
En este sentido, el experto advirtió de que, a pesar de que los datos de la encuesta PMI apuntan a un crecimiento del PIB de la eurozona de entre el 0,1% y el 0,2% en el primer trimestre, “existen claros riesgos a la baja y un probable debilitamiento de la economía en marzo”.
El sector servicios, en vilo por el impacto
En este panorama, según datos de PMI, en febrero las exportaciones de bienes y servicios disminuyeron a un ritmo mayor debido a la caída de la demanda relacionada con el coronavirus y los retrasos en las entregas, cada vez más generalizados, amenazan la producción futura.
Si se mira a España en concreto, “el 9% de las importaciones que se realizan llegan desde China (26.908 millones de euros en 2018), según datos del ICEX, por lo que parece inevitable que las empresas españolas se vean afectadas y obligadas a variar temporalmente su cadena de suministro”, ha señalado Sergio Esteve, director de consultoría de BDO.