El empleado en el centro. La ‘cultura de la curiosidad’. El fin del trabajo tal y como lo conocemos. Estas son algunas de las ideas que se extrajeron del Convergence EMEA 2018, celebrado en Londres.
Cerca de 1.500 personas de todos los países y nacionalidades abarrotaron estos últimos días el hotel Intercontinental The O2, bajo un cielo particularmente soleado y frente a la deslumbrante City.
Entre rascacielos y junto a la orilla del río Tamésis, arrancó uno de los eventos empresariales más importantes y relevantes del mundo, en gestión de capital humano y del aprendizaje.
El futuro del trabajo
El hangar principal y las salas se llenaron de pufs, cócteles, gafas de realidad virtual, talleres de masaje, ordenadores con los sistemas operativos más actuales del mercado, carteles de «inspírate», «relájate» o «sonríe», paneles táctiles de grandes dimensiones, test de ‘brain training’ y, por supuesto, charlas y conferencias con tono distendido.
Pasadas las seis y media de la tarde, los presentes fueron conducidos en autobús hacia el misterioso enclave The Hawker House, cerca de la parada de metro de Canada Water, donde había preparada una gran fiesta con motivos circenses, tiovivo, malabaristas, payasos, saltimbanquis, equilibristas y contorsionistas.
Un gran cabaret bailó al ritmo de una orquesta de gala a medida que la comitiva entraba. La diversión, siempre en el centro.
En los años 30, los españoles ocupaban el 20% de su tiempo en el trabajo frente al 9,6% de 2012
En los próximos 10 años, labores con poco valor añadido podrían verse reducidas hasta en un 20%, lo que equivaldría a 8 horas semanales
En el futuro, las tecnologías se encargarán de las tareas rutinarias que entorpecen el trabajo de los profesionales actuales.
El progreso tecnológico en los puestos de trabajo ha sido abismal en los últimos 25 años. La incorporación de la Inteligencia Artificial ha transformado el día a día de las empresas y de sus empleados en todas las dimensiones.