jueves, febrero 13, 2025
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Enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico

 

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) es un término general para una variedad de afecciones hepáticas que afectan a las personas que beben poco o nada de alcohol. Como su nombre lo indica, la característica principal de la NAFLD es el exceso de grasa almacenada en las células hepáticas.

La NAFLD es cada vez más común en todo el mundo, especialmente en los países occidentales. En los Estados Unidos, es la forma más común de enfermedad hepática crónica, y afecta aproximadamente a una cuarta parte de la población.

La NAFLD generalmente no causa signos ni síntomas. Cuando lo hace, pueden incluir:

-Fatiga
-Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen

Entre los signos y síntomas posibles de NASH y cicatrización avanzada (cirrosis) se incluyen los siguientes:

-Hinchazón abdominal (ascitis)
-Vasos sanguíneos agrandados justo debajo de la superficie de la piel
-Bazo agrandado
-Palmas rojas
-Color amarillento en la piel y en los ojos (ictericia)

Estos problemas de salud combinados parecen favorecer el depósito de grasa en el hígado. Para algunas personas, este exceso de grasa actúa como una toxina para las células hepáticas, lo que causa inflamación del hígado y esteatohepatitis no alcohólica, lo que puede llevar a una acumulación de tejido cicatricial en el hígado.

La principal complicación de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) y la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) es la cirrosis, que es una cicatrización tardía en el hígado. La cirrosis ocurre en respuesta a una lesión hepática, como la inflamación en la esteatohepatitis no alcohólica.

A medida que el hígado trata de detener la inflamación, produce áreas de cicatrización (fibrosis). Con la inflamación continua, la fibrosis se propaga y afecta a cada vez más tejido hepático.

Opta por una dieta saludable. Elige una dieta saludable basada en plantas que sea rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables.

Mantén un peso saludable. Si tienes sobrepeso o eres obeso, reduce el número de calorías que consumes cada día y haz más ejercicio. Si tienes un peso saludable, trata de mantenerlo eligiendo una dieta saludable y haciendo ejercicio.

Haz ejercicio. Haz ejercicio la mayoría de los días de la semana. Obtén la aprobación del médico primero si no has estado haciendo ejercicio regularmente.

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