Recorrer la histórica Ruta 66 desde la Costa Este de Estados Unidos hasta la Costa Oeste significa un viaje en el tiempo, una forma de conocer el país, su forma de vida y sus paisajes más representativos.
A lo largo de esta mítica vía puedes encontrar paisajes tan diferentes como el árido desierto de Nuevo México o la tupida vegetación de las tierras rojas de Arizona. The Main Street of America (La Calle Principal de América) se construyó en noviembre de 1926 y, originariamente, discurría desde Chicago (Illinois), a través Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, New Mexico, Arizona y California, hasta finalizar en Los Ángeles con un recorrido total de 3.939 kilómetros.
Vamos a empezar
La Ruta 66, que comienza en Chicago, en la confluencia entre Jackson Boulevard y Michigan Avenue, y termina en el muelle de Santa Mónica (California) donde hay un cartel que así lo atestigua.
La Ruta 66 fue la primera carretera asfaltada de Estados Unidos. Eso sí, necesitó doce años para ser pavimentada por completo y hasta 1938 no se pudo recorrer por completo sin dejar de pisar el polvo de los caminos.
Para realizar la ruta completa hay que llevar un vehículo bien preparado y tener en cuenta las largas distancias de las etapas. Se suele realizar en quince días, lo que permite disfrutar del entorno y de las atracciones que van surgiendo.
Paradas que no te puedes perder
Paradas ineludibles que nos harán volver al pasado como en Holbrook, que se halla el mítico motel Wigwam donde los huéspedes pueden alojarse en tipis tradicionales indios, en Amarillo, Texas, se encuentra Cadillac Ranch, un homenaje al Cadillac, el Café Bagdad (California), en Arizona el Seligman, un pueblo que recrea con todo detalle toda la iconografía de los años 50 americanos, el Parque Nacional de Sedona, el cañón de Chelly y, sobre todo, el indescriptible cañón del Colorado o el mítico restaurante Mr D’z en Kingman, los Moteles The Blue Swallow Motel (Nuevo México) y el Rancho Hotel donde han pernoctado grandes estrellas de Hollywood, visitar Albuquerque, que cuenta con un casco histórico muy atractivo, o la ciudad de Santa Fe, lugar de retiro e inspiración de multitud de artistas.
Un viaje que todo amante del motor tiene que hacer en la vida.