Desde la abrupta llegada del Covid-19, los hospitales han centrado todo su esfuerzo en poder hacer frente a la avalancha de enfermos que recibían diariamente durante la pandemia. Todas las decisiones que se tomaban desde el Ministerio de Sanidad y las direcciones de los hospitales iban enfocadas a la ampliación de espacios, y de medios personales y materiales para hacer frente al Coronavirus.
El miedo al contagio ha hecho que muchos otros enfermos con patologías distintas, o enfermedades graves o crónicas, hayan decidido no acudir a sus centros hospitalarios o a sus citas por temor a coger el Covid.
Además, los propios centros han reducido durante unas semanas la atención a otras enfermedades, concentrando a su personal en el esfuerzo de salvar vidas en las Unidades de Cuidados Intensivos. De hecho los propios oncólogos han alertado de que la supervivencia de los enfermos españoles con cáncer pudiera verse afectada a raíz del Covid-19.
Los ERTE también han afectado a la investigación en nuestro país. Numerosos profesionales del sector aseguran que las investigaciones que se estaban llevando a cabo de enfermedades como el Alzhemier o el Cáncer, se han visto interrumpidas por la pandemia, bien porque los investigadores se veían afectados por los Expedientes de Regulación de Empleo o bien porque se centraban todos medios en investigar un tratamiento o vacuna para el Coronavirus.
En las ultimas semanas, que parece haber pasado lo peor de la tormenta, se comienzan a retomar las consultas con normalidad y los investigadores ya tienen permiso del Gobierno para retornar a sus puestos de trabajo, para continuar su importante labor de investigación.