La palabra atolón ha nacido en las Maldivas. Los atolones son estructuras de coral separadas por lagunas.
Con mil doscientas islas o islotes en 800 km (202 están habitadas y 87 son islas dedicadas al turismo vacacional) y con un paisaje submarino que está considerado, junto con el mar Rojo, como el más hermoso del mundo, y protegido por una estricta política ecológica.
Es considerado un paraíso para desconectar del estrés de nuestra vida cotidiana, descansar, disfrutar de la naturaleza, desconectar del mundo, relajarse, tomar el sol, disfrutar del paisaje y hacer submarinismo.
Un lugar perfecto para tumbarse en la playa y dedicarse a una buena lectura o ver una puesta de sol con un cóctel en la mano. Y es que estas islas son la pura esencia de la vida idílica: playas paradisíacas de arena blanca, mar azul turquesa, aguas cálidas y cristalinas y, sobre todo, arrecifes de coral únicos en el mundo.
Con sus más de 3000 arrecifes de coral y sus mareas libres de monzones, estas islas son un magnífico destino también para los amantes del buceo, pues ofrecen a sus visitantes unas perfectas condiciones para explorar impresionantes fondos marinos con más de 700 especies.
Submarinismo y turismo activo
El submarinismo es la palabra clave del turismo en las Maldivas, tanto para principiantes como para profesionales, sobre todo durante los primeros cuatro meses del año. Los submarinistas descubren fondos coralinos sobrecogedores y con una gran variedad de especies: peces multicolores de arrecife, manta rayas, barracudas, tiburones martillo, tortugas.
Además, la transparencia y limpieza del agua garantizan una excelente visibilidad.
Quienes no sean submarinistas, siempre podrán aprender sobre el terreno, probar los placeres de las playas de arena blanca de los atolones, los deportes náuticos (catamarán, windsurf, esquí acuático) o realizar alguna excursión por las islas cercanas.