El rol que desempeña el marketing dentro de las organizaciones ha variado ostensiblemente en el transcurso de los últimos años y por extensión el CMO es también un cargo que está inevitablemente a merced de los cambios.
Es evidente que los directores de marketing no ya los que eran (sin que ello sea necesariamente negativo), pero ¿en qué áreas específicas gozan de mayor influencia? A esta compleja pregunta trata de procurar respuestas un reciente estudio de The CMO Club.
Siete de cada diez CMOs aseguran que su puesto es contemplado como parte integrante del C-suite o cuadro directivo dentro de las empresas. No en vano, el 59% dice reportar directamente de sus actividades al CEO.
Quienes reportan directamente al CMO están involucrados fundamentalmente en estrategias de marketing (78%) y operaciones de naturaleza marketera y tecnológica (71%). Menos relación «one to one» tienen con el director de marketing los responsables de emprender proyectos creativos (38%) o quienes están al cargo de las actividades con el foco puesto en el e-commerce (30%).
Por otra parte, el 58% de los marketeros apunta que sus actividades están emparentadas fundamentalmente con la parta más alta del embudo o «funnel» (con el foco puesto en la generación de «awareness»). El 44% es responsable de la parte media del «funnel» (generación de «leads») y el 21% tiene, en cambio, el foco puesto en la parte más baja del embudo (la compra).
Aun así, y pese a que los CMOs tienen el firme convencimiento de tener influencia en la experiencia de cliente, no está muy claro si están o no al cargo de la «customer experience» dentro de las empresas.
Al fin y al cabo, de acuerdo con un reciente estudio de Deloitte, son los CSOs y no tanto los CMOs quienes lideran la conversación sobre la experiencia del cliente en el plano empresarial.