Las empresas españolas sufrieron una morosidad en los pagos en el tercer trimestre de 2018 por un importe de 1631 millones de euros, lo que viene a representar una subida de este dato de un 25,7 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Este dato se extrae del tiempo medio que una empresa española puede tardar en hacer frente a los pagos y obligaciones contraídas con sus proveedores. Esta cifra se traduce en un total de 87,05 días de tardanza en realizar los abonos correspondientes, casi 3 días más de media que en 2017.
La morosidad respecto a lo pactado aumentó también en una media de casi 2 días. Todo esto en el sector privado, pero cuando es la administración quien debe hacer frente a sus obligaciones los retrasos aumentan aún más. Los organismos públicos llegan a 22,1 días más de media de retraso.
Por sectores, quien se lleva el dudoso honor de ser el líder en morosidad es la hostelería con más de 17 días de retraso medio.