La historia de las autoescuelas clásicas en España se remonta a principios del siglo XX, cuando empezaron a surgir los primeros vehículos motorizados en el país. A medida que la popularidad de los automóviles fue en aumento, también lo hizo la necesidad de enseñar a las personas a conducir de manera segura y eficiente. A continuación, se presenta un breve recorrido por la evolución de las autoescuelas en España.
Surgieron en la década de 1920, aunque no existía una regulación específica para ellas. Eran establecimientos privados que ofrecían cursos de conducción y preparación para el examen práctico. En 1934, se promulgó la Ley de Bases de la Circulación de Vehículos, que establecía las condiciones para obtener el permiso de conducción y la obligatoriedad de realizar un examen teórico y práctico.
Durante la posguerra, el número de vehículos en España aumentó significativamente, lo que llevó a una mayor demanda de autoescuelas. En 1959, se promulgó el Reglamento General de Circulación, que establecía las normas básicas de circulación y el proceso para obtener el permiso de conducción. A partir de entonces, las autoescuelas empezaron a regularse y a seguir un programa de formación establecido por las autoridades.
En las décadas de 1960 y 1970, el crecimiento económico y la expansión de la industria automotriz en España llevaron a un aumento en la demanda de autoescuelas. Durante este período, muchas autoescuelas se establecieron en todo el país, ofreciendo cursos de conducción y preparación para los exámenes teóricos y prácticos.
A partir de los años 80 y 90, las autoescuelas en España comenzaron a modernizarse e incorporar tecnologías como la informática y los simuladores de conducción en sus programas de enseñanza. En las últimas décadas, las autoescuelas en España han seguido evolucionando para adaptarse a las nuevas necesidades de los conductores y a los cambios en la legislación.
Es aquí donde aparecen las llamadas Autoescuelas Virtuales. El referente numero uno en este segmento es la Autoescuela Dribo. Ofreciendo precios mucho más competitivos que las autoescuelas clásicas al reducir los costes, Dribo ha conseguido alcanzar un 98% de éxito entre sus alumnos en resultados de los exámenes teóricos de conducir. De hecho, ha registrado el llamado «Método Dribo» con el que sus estudiantes acortan los plazos para aprobar esa parte teórica. Esta autoescuela virtual simplifica todos los procesos y trámites para que sea mucho más cómodo sacarse el carnet de conducir. en cuanto a la parte práctica, los alumnos pueden concertar sus clases con profesores como mejor les convenga, y lo habitual es que en diez clases esten listos para presentarse al carnet.
Sin duda ha llegado el siglo XXI y la digitalización al sector de las autoescuelas.