El próximo 20 al 23 de febrero, la ciudad de Teruel recreará un año más, la leyenda de Los Amantes de Teruel. La leyenda cuenta que en Teruel, en el siglo XIII, una joven de familia acomodada, Isabel de Segura, y un joven de procedencia humilde, Diego de Marcilla, se enamoran y decidieron casarse.
Los padres de ella se negaron y dieron a Diego un plazo de 5 años para hacer fortuna. Conseguido este el objetivo, el joven regresó y, cuando supo que su amada se había casado con otro, murió de dolor e Isabel le siguió un día después. En la Iglesia de San Pedro se conservan sus sepulcros, obra de Juan de Ávalos.
La ciudad estará repleta de actividades que recrearán la vida del siglo XIII en Teruel, recreando un ambiente medieval.
Un paseo por su historia
Podremos pasear por el Acueducto de los Arcos, también viaducto, abierto al tránsito de los peatones, recorrer los museos Provincial y Diocesano, que contiene distintas obras de arte religioso de notable interés, entre las que destacan las de imaginería y pintura medieval, además de algunas piezas de orfebrería, visitar la Catedral de Santa María de Mediavilla, una de las construcciones más características del mudéjar, que conserva elementos tan importantes de este estilo artístico como la torre, el cimborrio y la techumbre declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1987.
Las torres de San Martín y San Salvador, la Escalinata, que embellece a la ciudad desde la estación, la Plaza del Torico que da su nombre popular su fuente, coronada por la pequeña estatua de un toro en lo alto de una columna, en sus porches encontramos comercios, pastelerías y cafeterías de referencia y destacan dos edificios: la «Casa del Torico» (hoy Caja Rural) y «La Madrileña».
Finalmente podemos recorrer la Plaza de los Amantes y visitar la iglesia de San Pedro y el mausoleo de los Amantes.
Una intensa programación para disfrutar, donde miles de turolenses se visten con atuendos medievales, recreando el momento histórico en que se desarrolló esta hermosa historia de amor. Un variado mercadillo medieval se instala y las calles se engalanan, trasladando la atmósfera de la ciudad al Siglo XIII.