En la búsqueda de soluciones energéticas más limpias, eficientes y económicas, la combinación de aerotermia y energía fotovoltaica se ha consolidado como la estrategia más inteligente para la climatización y el suministro eléctrico de cualquier hogar o negocio. Esta integración representa un salto cualitativo hacia el autoconsumo y la independencia energética.
La aerotermia es un sistema que extrae hasta un 75% de la energía del aire exterior, un recurso inagotable y gratuito, para proporcionar calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente sanitaria (ACS) durante todo el año. Aunque es altamente eficiente, la bomba de calor aerotérmica necesita una fuente de energía eléctrica para funcionar. Es aquí donde entra en juego la fotovoltaica.
La instalación de placas solares fotovoltaicas permite generar electricidad limpia a partir de la radiación solar. Al alimentar el sistema de aerotermia con esta electricidad autogenerada, se cierra un círculo de máxima eficiencia. Los usuarios logran reducir drásticamente su dependencia de la red eléctrica convencional, lo que se traduce en un ahorro en la factura que puede alcanzar hasta el 70-90% del gasto en climatización y ACS.
Además del beneficio económico, esta sinergia tiene un impacto ambiental significativo. Al utilizar dos fuentes de energía 100% renovables (el aire y el sol), se minimiza la huella de carbono del hogar, contribuyendo activamente a la lucha contra el cambio climático y dejando de depender de combustibles fósiles. Adicionalmente, esta mejora energética incrementa el valor de la vivienda en el mercado.
Empresas especializadas, como Eléctrica de Nueva Generación, se dedican precisamente a ofrecer estas soluciones energéticas integrales. Su misión es diseñar e instalar proyectos que combinan la tecnología de la aerotermia y la fotovoltaica, asegurando que sus clientes alcancen un alto grado de autosuficiencia y el máximo confort térmico con el mínimo coste operativo. Gracias a su experiencia en este sector de las energías renovables, facilitan la transición hacia un modelo de consumo más sostenible, gestionando la instalación y el aprovechamiento de los excedentes energéticos. La unión de ambas tecnologías es, sin duda, la clave del futuro energético.