El Gobierno español, dentro del anuncio de subida de impuestos que ha anunciado recientemente, ha informado que en 2022 retomará la subida de impuestos al diesel. La razón que esgrime el ejecutivo es la falta de recaudación en los «impuestos verdes» este año.
El fracaso ha sido sonoro, ya que solo han sido capaces de recaudar 313 millones con esos «impuestos verdes» ( el impuesto sobre residuos por ejemplo ha recaudado la mitad de lo esperado ). De hecho, en un principio la idea del Gobierno era subir la imposición al diesel este mismo año, pero sus socios de gobierno consiguieron parar esa propuesta.
La ministra Montero asegura que se «pondrá el énfasis en el estudio de la fiscalidad medioambiental» a partir de ahora. Esta subida se suma a la del Impuesto de Sociedades, ya anunciada, y supone una vuelta de tuerca en la presión a la maltrecha economía de las empresas, que luchan por subsistir en un momento de pandemia y de incertidumbres.
Todas las empresas que dependen del precio del combustible se verán afectadas, aumentando los costes de ejecución de sus trabajos, y por ende, reduciendo seguramente sus margenes de beneficios, en caso de que los haya, o bien subiendo el precio de los productos o servicios a los consumidores y clientes.
El Gobierno español responde a los malos datos de recaudación ( los impuestos acordados por el Gobierno para este año 2021 recaudará solo la mitad de lo previsto, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ), con mayor presión fiscal a las empresas.
