La sentencia del TJUE reconoce la inmunidad de Oriol Junqueras como eurodiputado.
Por un lado el Parlamento Europeo ha dado la orden de permitir la entrada a la Eurocámara a Carles Puigdemont y Toni Comín. Por otro lado, ERC ha subido el listón de las exigencias al PSOE en las negociaciones, al tiempo que los socialistas confían en que el caso Junqueras no enturbie el acuerdo.
En consecuencia, la Fiscalía del Tribunal Supremo ha solicitado suspender la inmunidad del expresidente catalán Carles Puigdemont y su exconsejero Toni Comín y que se mantenga la euroorden de busca y captura contra los dos líderes independentistas.
El fallo del tribunal
El fallo del tribunal con sede en Luxemburgo, una victoria incontestable de la defensa de Junqueras, no implica forzosamente la salida inmediata de prisión del líder de ERC, que cumple sentencia firme. Los magistrados comunitarios dejan en manos de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo la responsabilidad de “apreciar los efectos aparejados a las inmunidades de que goza el señor Junqueras”. El tribunal presidido por Manuel Marchena va a estudiar “en profundidad”el fallo de Luxemburgo y ha dado cinco días a las acusaciones —Fiscalía, Abogacía del Estado y Vox— y a la defensa de Junqueras para que informen sobre si el líder independentista debe salir de prisión para tomar el acta de eurodiputado.
El Supremo tomará una decisión una vez transcurrido ese plazo. La nota, de tres páginas, recuerda expresamente que el exvicepresidente de la Generalitat catalana “actualmente ya no está sujeto a medidas de prisión provisional”, sino que está “cumpliendo una pena de prisión firme”.
Las consecuencias de la sentencia del TJUE van más allá del caso del exvicepresidente catalán. Suponen un antes y un después en la doctrina de las instituciones europeas. El TJUE limita a partir de ahora al periodo electoral el papel de los Estados: tras la proclamación de los diputados, el procedimiento pasa a manos del Parlamento Europeo.
