La comisión del 8 de marzo de Madrid ha anunciado en rueda de prensa no solo los detalles organizativos sino los planteamientos políticos de una de las fechas más señaladas para el movimiento feminista, y que este año lleva el lema “Con derechos, sin barreras. Feministas sin fronteras”.
Una vez que la asamblea decidió no utilizar la herramienta de la huelga —como en ediciones anteriores—, se consensuó llamar a la Revuelta Feminista con múltiples acciones desde un mes antes, y que inició con la cadena feminista el 8 de febrero que rodeó buena parte del centro de la capital.
Este año, aseguran, se han propuesto mostrar el tipo de sociedad que quieren para todas, que llegue a todos los ámbitos y que resista todo el año. “Apostamos este 2020 por demostrar cómo queremos que funcione el mundo, ponemos encima de la mesa nuestra propuesta de sociedad y que tiene que ver con esa revuelta feminista cotidiana.
Vidas libres y dignas
Queremos unas vidas libres y dignas, y esto es incompatible con el sistema económico capitalista actual y con el patriarcado”, comenta Sara Navacerrada, teleoperadora, y una de las coportavoces de la comisión.
En el proceso de la Revuelta consideran fundamentales tres momentos, el pre 8 de marzo, el día mismo y el post de la revuelta.
A lo largo del mes ha habido una multitud de acciones, aparentemente invisibles pero que son las que construyen el día a día de los feminismos en barrios y pueblos, lo que en sí supone la revuelta cotidiana.
Ya el 1 de febrero se realizó el encuentro de barrios y pueblos, un espacio que han querido darle mayor importancia en 2020 “porque es el momento donde tejemos redes y buscamos construir las propuestas concretas”, anota Luisi Acevedo, jubilada, y también coportavoz.
Luchas y movilizaciones
Otras acciones incluyeron un encuentro antirracista el pasado 16 de febrero, en el que una asamblea abierta de 300 mujeres diversas debatieron sobre luchas y alianzas para un 8M antirracista; y el 22 de febrero la Operación Araña en la que intervinieron estaciones del Metro de Madrid con nombres de mujeres otras consignas y terminaron en una manifestación hasta la Consejería de Educación con reivindicaciones por una educación afectivo sexual.
Para el 8 de marzo, señala Sara, “vamos a escenificar qué sociedad queremos y cómo la queremos con varias acciones a lo largo del día más allá de la propia manifestación, y el post 8M consistirá en hacer llegar esa revuelta a todos los ámbitos de nuestra vida, a los centros de trabajo, de estudio, a los espacios de ocio, a nuestras casas, que aunque ya ha ido llegando con la lucha previa del movimiento y el proceso de las huelgas feministas, con la revuelta queremos que se asiente en nuestro día a día”.